La basura ya no es sólo un problema escondido bajo nuestras alfombras. Ahora el riesgo también está sobre nuestras cabezas. Esta semana se conoció que la basura espacial, como los restos de cohetes, debe ser retirada de la órbita terrestre para evitar choques que podrían costar millones de euros a los operadores satelitales y afectar a las redes de móvil y GPS, según la Agencia Espacial Europea.
Con el nivel actual de desechos, habrá una colisión en órbita aproximadamente cada cinco años, pero una investigación presentada en una conferencia en la ESA, en Alemania, mostró que un aumento de la basura espacial haría más probables las colisiones en el futuro.
Entre cinco y diez objetos de gran tamaño han de ser retirados del espacio al año para ayudar a reducir la probabilidad de choques y evitar el riesgo de que más fragmentos queden diseminados por el espacio y causen más daños, dijeron.
Los científicos estiman que hay aproximadamente 29.000 objetos mayores de 10 cm orbitando la Tierra a una velocidad media de 25.000 km/h – aproximadamente 40 veces más rápido que la velocidad de los aviones. A esa velocidad, incluso las pequeñas piezas de residuos pueden dañar o destruir una nave espacial o un satélite cuya sustitución costaría miles de millones de dólares y que interrumpirían las comunicaciones por telefonía móvil o la navegación por satélite.
“En las próximas décadas, habrá colisiones entre objetos grandes que crearán fragmentos que pueden ocasionar más daños aún“, dijo Heiner Klinkrad, responsable de la Oficina de Basura Espacial de la ESA, a Reuters. “La única forma de evitar esto es subir allí y retirarla”, dijo. “Cuanto más esperemos, más difícil y más caro será”, añadió.
El desafío no es menor. Y más si se tiene en cuenta que ya se están vendiendo esos maravillosos viajes al espacio. Los humanos, no tenemos remedio.
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