Se trata de la serie de esta fotógrafa que aprovecha las distorsiones de imágenes presentes en la vida diaria (en especial aquellas provocadas en os cristales empañados) y que permiten re-contextualizar el paisaje arquitectónico. Aquí os dejo algunos puntos interesantes sobre la autora y su obra y, por su puesto, varias fotos.
Carol ha comentado en su propia web que después de varios años de combinar pintura y fotografía con resultados mixtos, un día muy frío en Minnesota miró hacia el paisaje lejano y helado a través de una ventana completamente cubierta de condensación y se dio cuenta de que podía utilizar la cámara para reinterpretar el mundo a su alrededor en una forma similar a la de la pintura. Sin duda, eso fue un cambio de paradigma, un modo novedoso y diferente de ver las cosas a partir de ese momento. En la actualidad, Carol fotografía obras arquitectónicas contemporáneas y sus redes inherentes seccionadas en una serie de planos compositivos.
Luego la autora oscurece esta composición por medio de re fotografiarla a través de un vidrio empañado y así es como yuxtapone la abstracción pictórica y el realismo fotográfico. En muchas de sus fotos se destacan el color rosa y el azul. Dada la metodologia que utiliza, por lo general, sus compisiones no tienefn fondo blanco.
Carol trabaja con diversos materiales: agua, video, hielo. Pero también ha explorado diversos puntos de vista últimamente, por medio de desplazarlos dentro de la cuadrícula arquitectónica para crear estudios de composición que se encuentran más comúnmente en la pintura y no tanto en la fotografía.
La autora ha comentado que es consciente de que “en una fracción de segundo, la cámara tiene la capacidad de capturar el realismo puro, mientras que a través del velo de una corriente de agua el enfoque de la lente de la cámara es selectivo y eso permite la abstracción pictórica de existir simultáneamente.”, es decir, en la obra y en el cristal empañado.
Mirar estas obras nos transporta a un estado contemplativo que se hace más profundo cada vez que vemos su trabajo, pues estos paisajes interiores se convierten en meditaciones visuales. De esta manera, Carol intenta simular la experiencia de ver una pintura que es en realidad una fotografía.
Ella también ha explicado en su página que al mirar un cuadro se siente atraída hacia la composición y que, en cuanto tiene la oportunidad, en primer lugar explora la obra en general, y en segundo lugar examina más a fondo los detalles y el material. Es durante esta segunda visión, la investigación más profunda, que la pintura realmente la atrapa y entonces empieza a notar cosas que no había visto la primera vez.
Carol asegura que “al enfocarnos en los detalles diminutos de estas distorsiones naturales ingresamos a un espacio de serena contemplación, el que al mismo tiempo inspira un nuevo tipo de visión, tanto externa como interna.” ¿Y tú qué opinas? ¿Sientes lo mismo que la autora al contemplar los vidrios empañados? ¿Y qué sentiste al contemplar estas fotos en particular?
Referencia:
http://www.faithistorment.com/2013/03/interior-landscape-photos-by-carol-inez.html
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